Rebecos en Los Ancares

 


Hemos recorrido más de 900 km para descubrir la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, una impresionante zona salvaje y agreste, totalmente desconocida para nosotros, cubierta de espesos bosques de robles y gigantescos castaños centenarios, ríos y arroyos de aguas cristalinas, montañas escarpadas y pequeñas aldeas propias de otro tiempo. 

Para aprovechar el largo viaje establecemos nuestro campo base en el agradable Camping Valle de Ancares en el que pasaremos unos días. Sus responsables nos comentan que en esta zona podremos ver Rebecos con relativa facilidad, y con algo más de suerte algunas Cabras Montesas. Es curioso que, pese a haber realizado varios intentos en los Pirineos y ser una especie con una amplia distribución y presencia, todavía no había conseguido fotografiar ninguno.

Al día siguiente madrugamos mucho para empezar la actividad en el Puerto de Ancares con las primeras luces del Sol naciente y el frescor relativo de la mañana. De esta forma intentamos evitar al máximo las altísimas temperaturas que se están dando en este sofocante mes de Agosto. Caminamos algo más de una hora entre espesos matorrales de brezo y arándanos siguiendo un sendero evidente, con unas vistas espectaculares a ambos lados de la carena que transitamos. Nos movemos en silencio y sin prisa, prestando toda la atención al impresionante paisaje y a la posible presencia de fauna salvaje. Llegando a la única y solitaria laguna, bastante escasa de agua, podemos ver al fin, desde la distancia, una manada de Rebecos. En esta época del año éste parece ser el único punto de agua en el que pueden beber para saciar su sed. Nos sentamos entre los matorrales para poder contemplarlos discretamente y tomar algunas fotografías.

Una Chova piquirroja se acerca y nos observa con curiosidad desde una roca mientras voy tomando fotos forzando al máximo el zoom de mi cámara. Es impresionante ver a estos atletas de montaña moverse a saltos por las paredes rocosas intransitables para cruzar velozmente en pocas zancadas las pendientes más pronunciadas. Las crías jóvenes parecen jugar al pillapilla mientras los adultos los vigilan atentamente. Un rato después todo el grupo se pone en movimiento… y desaparecen.

Cuando me giro hacia el valle contrario me encuentro con un macho a poca distancia. Me mira. Nos miramos mutuamente durante unos segundos. Lo fotografío. Y también desaparece. El corazón late con fuerza, el alma se llena de energía… La Vida es el momento del aquí y del ahora, el instante que atrapas y compartes. Luego todo pasa, y continuas el viaje a ninguna parte.


Fecha: 09.08.25. Lugar: Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses. FOTOS: 1. Brezos (Calluna vulgaris)  y Arándanos (Vaccinium myrtillus). 2. Chova Piquiroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) 3. Macizo del Cuiña. 4. Laguna y grupo de Rebecos pastando y bebiendo. 5. Rebeco cantábrico (Rupicabra pyrenaica parva).